Proyecto Homofinisecular junto al poeta Raúl Zurita
UNA IMAGEN INQUIETANTE
por RAÚL ZURITA
Las fotografías de Carlos Jiménez son el testimonio de un mundo inquietante donde se une la nostalgia del otro con la imposibilidad cada vez mayor de acceder a él. El universo de seres que abrazándose no pueden tocarse, solo quizá sentir la presión de los brazos, de las piernas, del peso del otro, pero jamás su piel porque en este final de milenio el aislamiento ha pasado a ser la única presencia (el único furor) de una carne

Eso es lo que entre muchas otras lecturas retratan esos cuerpos desnudos cubiertos de plásticos que intentan un acoplamiento tan desesperado como virginal, tan deseado como imposible. No hay contacto entre ellos, esterilizados en los significados del mito del amor, estos seres han construido defensas letales que provienen a su vez de otras defensas y así sucesivamente de caer en la vida.
Preservativos que nos separan
pero no en su acepción sexual, sino en el mismo intento de aproximarse al que está al lado, al lado nuestro y que se nos escapa por el solo hecho de haber intentado la cercanía, es decir, la vida. La soledad de este fin de siglo se retrata en las fotografías de Carlos Jiménez, pero que ya no es la soledad existencial o metafísica, porque a ella ya no le es dada ni siquiera el desengaño. Es solo la soledad de la soledad, la maldición de estar íntimamente ligados por una lejanía irremontable.
pero no en su acepción sexual, sino en el mismo intento de aproximarse al que está al lado, al lado nuestro y que se nos escapa por el solo hecho de haber intentado la cercanía, es decir, la vida. La soledad de este fin de siglo se retrata en las fotografías de Carlos Jiménez, pero que ya no es la soledad existencial o metafísica, porque a ella ya no le es dada ni siquiera el desengaño. Es solo la soledad de la soledad, la maldición de estar íntimamente ligados por una lejanía irremontable.
Chile 1999
Comentarios
A esto también me remiten tus fotos...